El sentimiento primario de Veluwe

Árboles danzantes, vistas al páramo y, por supuesto, ese refrescante silencio: un día en Veluwe nunca es aburrido. Su ruta comienza en el Salón 3. Pedaleará a través de Speulderbos, un auténtico bosque virgen donde la naturaleza se deja llevar y reina un silencio maravilloso. Verá robles retorcidos, abedules torcidos y helechos altos. Cuando hay un poco de niebla, parece, con un poco de imaginación, que los árboles bailan. Podrá disfrutar de hermosas vistas de Speulderveld y Ermelosche Heide. En Ermelosche Heide se encuentran decenas de túmulos de la época de la cultura campaniforme, alrededor del 2500 a.C. En el siglo II hubo aquí un campamento militar con unos 5.000 legionarios romanos. Hoy en día, las ovejas deambulan principalmente por los páramos.