Toeristisch Informatiecentrum van la Halle al’Chair

Namur le seduce por su carácter provinciano en combinación con el estatus de capital valona que le sienta tan bien. La ciudad vive al ritmo de Sambre y Maas y es conocida por su lentitud casi legendaria. Y los << Namurois >> también: hablan despacio, piensan detenidamente antes de hacer algo y les gusta sentarse y comer durante mucho tiempo. No es de extrañar que el símbolo de la ciudad sea igual a su especialidad: ¡los caracoles! El centro histórico bellamente conservado evoca los nombres de grandes artistas: Charles Baudelaire, F? Licien Rops y Albert Dandoy. En las calles y callejones donde todo tipo de boutiques atraen a mucha gente, descubrirás el encanto de un pasado aún presente. Casas bien restauradas, museos, parques sombreados, pero también de un presente compuesto por distritos estudiantiles, centros de negocios, actividades ecológicas o alojamientos sorprendentes. Namur, "ciudad en el campo", es también un cruce de importantes rutas ciclistas: la RAVeL junto al agua y la ruta Eurovelo 3 (ruta de peregrinaje) y 5 (Romea Francigena).