Sobre el césped del jardín se encuentran pequeños grupos de muebles de segunda mano en un acogedor revoltijo. No hay dos sillas iguales: de colores, con flores, grandes y pequeñas, se colocan entre sí bajo el sol. Desde el antiguo porche de madera, la suave música lounge llega al jardín y se mezcla con el ruido de las tazas de café y la agradable conversación en las mesas. Ésta es la esencia del Café Albi.